La vez que metí el cacho y quedé salado.
Hay muchos mitos y leyendas urbanas, muchas tienen diferentes funcionalidades, desde asustar niños indisciplinados hasta dejar fragmentos de sabiduría, otras son solo superstición que la vida misma confirma mientras la vas experimentando. Una de esas supersticiones es el karma, yo particularmente, no creo en el karma. Pero bueno, esa vez tuve que sentarme y tomar nota.
Bueno, la cuestión es que corría mediados del año 2021, yo tenia una novia formal, la Mae era muy inteligente, graciosa, apuntada, pijeabamos y tomábamos juntos, me hacía segundas en todo, sin embargo yo nunca logré enamorarme al 100% de ella, estaba con ella pero al mismo tiempo andaba buscando que me salía, terrible, lo sé, ya pagué el karma respectivo.
De pronto por allá en una red social empecé a escribirle a otra muchacha, una muchacha mucho más guapa, sexy, lindo pelo, lindo cuerpo, la Mae era tan guapa que hasta los antebrazos me atraían, nunca me había sentido así. En fin, la Mae estaba muy rica. Nada que hacer, me entregué como un torero improvisado que se arrodilla y abre los brazos.
Hablamos durante un tiempo prudencial y por fin salimos, fue algo simple, fuimos, comimos algo, tomamos algo y nada más, no intenté nada, era la primera cita y aparte de infiel, soy un caballero también.
Pasa el tiempo y la invité a mi apartamento, la dama acepta. Era 2021, estábamos en plena pandemia y pues… había toque de queda, lo cual quería decir que después de las 9:00pm no se podía transitar. Y como yo, aparte de ser infiel y un caballero, también soy estratega, sabiendo que el toque de queda era a las 9:00pm, puse la película Dunkirk como a las 7:50pm, por qué puse Dunkirk? Bueno, la Mae es guapa, pero es una inculta, claramente a la Mae no le iba a interesar una película de Christopher Nolan que trataba de un rescate militar en las playas de Dunkerque. Cuál era la estrategia, preguntarás? Simple, poner una película lo suficientemente tarde para tener una excusa para que ella se quedara y al mismo tiempo poner una película que yo sabía que a ella no le iba a interesar para poder hablar durante la película y luego hacerle un licuado de cervix.
Claro, llega el momento, ya nos habíamos tomado dos cervezas cada uno, para entrar en ambiente y veo que la Mae saca el cel y me dice: “ay!! Ya son las 9:30, ya no hay taxis”. Y como yo aparte de ser infiel, caballero y estratega, también soy hospitalario, le respondí: “tranquila, quédese aquí, ahorita hago de comer, por si tenes hambre”. Obvio la Mae sabía por donde iban los tiros, obvio. De un pronto a otro veo que la Mae se acuesta en la cama de una manera muy sugestiva, cruza las piernas y pone un codo en la cama de tal manera que se le veían unas nalgotas… yo me acerco y le planto un beso, empieza la acción.
Le quito la blusa, veo una piel morena, suave, delicada y un sostén de encaje súper hermoso. Le quito el pantalón, más de lo mismo y un calzón de encaje que combina con el sostén. Según yo, había aplicado una gran estrategia para que todo se diera de manera “natural” y la Mae ya había venido lista para la vacuna Johnson&Johnson. Cuando yo iba, ella ya venía. Claro pasó lo que tenía que pasar. Amanecimos juntos, al día siguiente, me tocan la puerta del aparta, yo no pienso nada raro y abrí la puerta, mi novia toda feliz, me da un abrazo y un beso. Claro, se armó la gorda, el cacho escuchó todo desde el cuarto, se vistió y salió, dos contra mí. Nada que hacer. Entregado. Fueron tantas las maldiciones e improperios que profesaron en mi contra que quedé salado. Durante dos años no me volvían a ver ni los vendedores ambulantes de la avenida central, duré dos años sin culear. Tuve que comerme un cuerito para romper la maldición.